sábado, 27 de junio de 2009

Adiós, pisino

Ahora que acabo de terminar los exámenes (Con unos resultados aceptables, creo yo), me toca lo que me lleva estresando Junio todavía (bastante) más: Mudarme. Mi piso puede ser chiquinino, pero resulta que en 3 años viviendo en un sitio acumulas una enorme cantidad de objetos, ropa, electrodomésticos, muebles y, sobretodo, una ingente cantidad de mierda. 2 meses llevo llevándome a Cáceres unos mochilones con el tamaño y peso de un cadáver bien desarrollado cada vez que voy, y aún así mañana tengo que ir con tres coches y dos comparsas (mi hermano y mi madre, que se ha ofrecido amablemente) a pasarme el día entero de recogida y limpieza pisil.
Este piso (que siempre será mi piso, ya que yo lo estrené, y como todo el mundo sabe siempre te enamoras un poco de la persona que te estrena, aunque generalmente sea algo temporal) me deja todo tipo de recuerdos. Muy gratos, como las noches de pedo hasta las tantas en pettit comite (nunca he sido fan de las multitudes caseras, y en mi pisino 5 es multitud), o las cenas en pelotas con mi mujer el verano pasado bebiendo vino y comiendo jamón, o tantos otros. Gratos, como dormir cuando me apetecía, comer cuando me apetecía, poder estudiar metido en la cama, y otros pequeños placeres de la vida solitaria. Malos recuerdos, como todos los eventos persianeros y fontaneril, el hecho de que la gente pase por mi calle a cualquier hora de cualquier día con la música a toda ostia o cantando flamenco (se incluyen madrugadas), algunos momentos de soledad francamente desagradables... Y muy malos recuerdos, como el día que mi piso apareció lleno de moscas y moscardones a un nivel repugnante ( Podía haber 100 en el salón sin ningún problema), el yonkie que vomitó en la puerta de mi portal (Aunque lo limpió él, todo sea dicho), el yonkie que me encontré fumando heroína en mi portal, y algunas otras anécdotas de yonkies. Y por último, una que fue al principio muy desagradable y acabó siendo bastante grata. Un recuerdo desde aquí para Tarpuki, esté donde esté. En fin, para Septiembre tendré un nuevo piso donde viviré con mi mujer, espero, así que estáis todos invitados a venir cuando queráis. ¿Qué nuevas aventuras nos esperan? Lo veremos en el próximo episodio

Adiós, pisino. No te preocupes por los rayos de luna, no mates los conejos blancos y vuelve cuando tengas hambre
(Pequeño homenaje a Roverandom, de J.R.R. Tolkien)

5 comentarios:

Laura PD dijo...

¡Qué gran post! Me encanta el final... Tenemos que hacer más cenas en pelotas.
Echaré de menos el piso del insomnio emocionante de ¡por fin!

MIGUELo dijo...

Oscar Wilde lo vería con buenos ojos.

guardiola dijo...

Me da penina que dejes el pisino. Espero que escojais con tino vuestro nuevo hogar.

Dr.Lemur dijo...

Paso, yo escojeré el mío y que Tino escoja el suyo, que tres son multitud (Si dos tienen pene)

Vimes dijo...

Sale el filólogo que llevo dentro (y fuera), sobre todo porque ya te lo he dicho tres veces in person y pasas de tu hermano mayor:
Segun la RAE:
Sobretodo:
1. m. Prenda de vestir ancha, larga y con mangas, en general más ligera que el gabán, que se lleva sobre el traje ordinario.
2. m. Am. Abrigo o impermeable que se lleva sobre las demás prendas.

Sobre todo: la expresión que quieres poner tú, gañán!