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En efecto, voy a hablar de pedos. Gentes sensibles, no sigáis leyendo. Pero es que hace unos días me he planteado un par de cuestiones sobre los pedos: 1- ¿Por qué son un tabú? ¿Porque huelen mal? No creo, porque la coliflor cuando se cocina huele fatal y a nadie le asquea hablar de coliflores. O de pulpo, por la misma regla de tres. O de esos árboles que hay en Cáceres en la avenida Virgen de la Montaña y que dan unas bolas amarillas que hieden a pies (La botánica no es mi punto fuerte). ¿Es entonces porque sale de dentro del cuerpo? No creo, he hablado algunas veces de análisis de sangre muchas veces sin problemas, y las lágrimas no dan asco, ¿no? Por no mencionar otros fluidos (incluida la saliva) que en ciertas ocasiones no molestan en absoluto. En fin, que como no hayo respuesta continuaré con mi teoría pedil como si ya no fueran un tabú para mí. Que, por otro lado, nunca me tiro pedos porque no tengo ano. 2- ¿Por qué los pedos de los animales no suenan? Todos sabemos que los animales se bufan, en la mayoría de los casos por experiencia propia (¿Pero qué coño lleva el pienso de los perros y gatos de éste mundo?) Pero no hacen ruido, te los encuentras por sorpresa. Creo que es porque los animales no andan a dos patas, o porque no tienen nalgas (O glúteos), no lo sé la verdad, que me lo resuelva algún veterinario. Mi conclusión: La mayoría de los teóricos de los pedos (Que son más de los que se podría suponer, sólo hay que ver programas tipo "Noche de fiesta") afirman que los pedos que huelen son los que no suenan, y todos sabemos que el metano expulsado por el ganado son un problemón para la capa de ozono. Así pues: ¿A qué esperan los científicos para, mediante ingeniería genética, crear ganado que ande a dos patas con enormes nalgas? He dicho.