lunes, 31 de agosto de 2009

Reyes del marketing

Madre mía, todo el verano sin escribir aquí!
Por desgracia para mí, que soy ateo no practicante, me ha tocado ir a misa un par de veces en el último mes y poco y tragarme las dos enteras. El motivo, además, era el peor que puede haber y el que me lleva a misa con más frecuencia: Un funeral (¿A alguien le extraña aún que me gusten las bodas?)El caso es que yo, en misa, tiendo a divagar, lo que es también lógico si te la bufan los consejos vitales que te da un tipo al que consideras un enfermo social, la música de misa te da como ascopena y los ritos católicos no tienen para ti ni siquiera interés antropológico porque has ido a misa de pequeño (Exactamente hasta el domingo siguiente de hacer la primera comunión. Cosas de infantes) El caso es que lo que pensaba antes de ayer en misa era: ¿Qué ha pasado con esta empresa?

La iglesia cristiana sigue siendo una de las empresas de mayor éxito del panorama internacional. El número de empleados, de ingresos, el presupuesto que maneja, las empresas filiales (ONGs católicas, la banca vaticana, Caja Sur, la COPE, etc.), la proyección internacional, etc., así lo demuestran. Sin embargo es también evidente que es una empresa en franca decadencia. ¿A qué se debe esto? Yo creo que es porque sus estrategias de marketing, que en su momento fueron toda una revolución del apartado espiritual, no se han modificado en los últimos (por lo menos) 1000 años. Estas son, según el criterio de este humilde botarate, las tres estrategias que más influencia moral le dieron a la religión cristiana:

1- La religión cristiana ha sido la primera religión de la historia en negar las demás religiones. Por ejemplo, la religión judía, de la que surgen el cristianismo y el islamismo, aunque era monoteísta y se consideraba el pueblo elegido de Yahvhe y su religión la única que podía salvarles (a ellos), no negaba la existencia de otros dioses. Sin embargo, los cristianos convirtieron todas las religiones que no eran la suya en una mentira y los dioses de los demás creyentes en demonios encargados de confundir a los hombres. (En los casos en los que la creencia en un dios estaba muy arraigada en una sociedad lo transformaban en un santo, un mártir, etc. Un texto completo a parte requerirían las adoraciones marianas católicas)

2- Los actos impuros. Para culpabilizar a la gente, nada mejor que demonizar un instinto natural propio de todos los seres vivos del mundo (Excepto Sheldon de the Big Bang Theory, seguramente). Es como si hubieran demonizado alimentarse. Pero como no estamos practicando "actos impuros" constantemente, por la falta de energía, tiempo o dinero, perfeccionaron el plan sacándose de la manga los "pensamientos impuros". Toma ya. Volviendo al punto uno, al haberse constituido como única posibilidad de salvación de los pecados y considerar pecado algo que se hace diariamente, tienes varias generaciones de acojonados llamando a tus puertas con las joyas de sus madres en las manos rogando tu perdón (Por no mencionar a varias generaciones con problemas psicológicos o psiquiátricos)

3- El pecado original. Eso sí que es la leche. Esto ya afecta hasta a Sheldon. Para la religión cristiana eres un pecador desde el momento en el que naces. Estás cogido por los huevos, no hay vuelta atrás. Dos opciones: Obedece al cura o al infierno.

Total, que estas estrategias de marketing que en su momento le dieron a la religión cristiana una ventaja abismal frente a otras religiones están quedando, en la mayoría de los casos, completamente desfasadas. ¿Los motivos? Según este humilde botarate el nivel cultural de la gente, el acceso a otras culturas y religiones y la incapacidad de la iglesia para convencer a un rey de que te queme por pensar distinto. En España, claro. Por eso (creo) las zonas donde la iglesia cristiana sigue creciendo son los países del tercer mundo o en desarrollo.

En fin, que si el Papa o alguna otra jerarquía religiosa cristiana lee esto, se plantee si no es el momento de buscar nuevas estrategias de mercadotecnia. O mejor, que no las busquen. Ya va siendo hora de que podamos buscar nuestras propias religiones y nuestros propios dioses. Y perdón por la chapa